Una dieta equilibrada, es aquella en la que
encontramos toda serie de alimentos saludables, teniendo en cuenta también, las
cantidades apropiadas de nutrientes y calorías que nuestro cuerpo necesita,
pues todo en exceso tampoco es bueno. Para ello, será necesario tener en cuenta
la estatura, edad y complexión de cada uno/a. Sin embargo, una cosa si que está
clara; toda alimentación debe proporcionarnos carbohidratos, grasas, vitaminas,
minerales y nutrientes para poder hacer frente a enfermedades o simplemente
para sentirnos bien. En esta imagen, se resume muy bien cómo deben ser las
cantidades aproximadamente para saber si lo estamos haciendo bien o no.
Ahora bien, si nos centramos en los/as niños/as, su
alimentación debe estar bastante controlada, pues están en la fase de desarrollo
más importante y necesitan todos los nutrientes que garanticen un correcto
crecimiento, así que debemos estar muy encima de ellos/as para darles lo mejor.
Pero, según en la etapa en la que estén, estas necesidades van cambiando
moderadamente. Aquí os dejo los alimentos más característicos de cada etapa:
- De 3 a 6 años. Su dieta debe incluir una gran cantidad de proteínas como carne, pescado y lácteos ya que sus necesidades energéticas son muy altas.
- De 7 a 12 años. Además de lo anterior, deben ingerir a diario lácteos, así como combinar tanto frutas como verduras y pescados blancos y azules y, sobre todo, intentar evitar dulces.
- De 13 a 16 años. En esta etapa suelen dar el estirón, por lo que los músculos terminan de formarse, para ello, será necesario que su dieta aporte las calorías suficientes, así como proteínas de alta calidad y calcio.
En muchas ocasiones, que los más peques coman
saludablemente es un reto complicado para los padres, pues no suelen llamarles la
atención, por ejemplo, las verduras y frutas. No obstante, se debe incidir en
ello para llevar una dieta lo más equilibrada posible, por lo que os muestro
unas imágenes que podéis probar en casa, e incluso que las realicen los/as niños/as
para que comer no sea una obligación, sino diversión. Con estos pequeños
trucos, podéis animarlos a que su alimentación mejore sustancialmente al mismo
tiempo que se lo pasan bien.
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