Actualmente, compramos de una
manera compulsiva y desmesurada, y como consecuencia, se compran cosas que ni
necesitamos o que incluso ya tenemos. Es un impulso de comprar por comprar. Todo
esto, ha ido surgiendo a causa de la publicidad y de las estrategias de
marketing que hacen que un producto u otro te atraiga por su color, forma,
porque es más barato…hacen que lo desees sin ni siquiera haberlo deseado nunca.
Esto ocasiona que incluso una vez tenemos el producto, lo desechemos de inmediato
porque nos ha sido tan fácil obtenerlo, que ya ni lo queremos.
A parte de la obsolescencia
programada (que es cuando supuestamente un aparato deja de funcionar) también
encontramos otros, pues se ha generado una presión que hace que una vez tienes
una cosa, aparezca otra de inmediato mejor y por consiguiente, la desees más
que la anterior. Pero ¿realmente nos hemos puesto a pensar por qué pasa esto?
Hay muchas teorías y estudios
acerca de esto, un caso muy concreto y actual es el internet, es decir, el
comprar desde casa sin tener que mover ni un solo dedo, sin tener que salir de
casa. Internet nos ofrece un mundo lleno de posibilidades y con eso, de
ofertas. Otro aspecto a destacar es el precio, pues ha llegado un momento que
un producto es tan barato, que solamente lo compramos por eso, no porque en
realidad lo necesitamos, sino porque lo vemos como un “chollo”, un chollo que
por supuesto, acaba en un cajón (en el mejor de los casos. Además, los
estándares de vida han cambiado, ocasionando que hoy en día, tenemos asimilado
que debemos vivir mejor que antes, que la felicidad no está sólo en cubrir las
necesidades básicas, sino que también tenemos que tener “caprichitos”.
Y os preguntaréis, pero no
pasa nada, ¿no? Aquí es donde me gustaría que reflexionarais. ¿Consideráis que
no es perjudicial para nuestra economía, para nuestro medio ambiente, para
nuestra calidad de vida?
No hay comentarios:
Publicar un comentario